Elegir las sábanas perfectas para la cama no es solo una cuestión de diseño visual, sino también de tipos fibras.
Si eres de la personas que a media noche te da frio y te levantas por una frazada o te tapas y destapadas toda la noche.
Entonces quiere decir que tienes que cambiar tu sábanas a unas que se adecuen a tu temperatura corporal.
Sabemos que las fibras naturales transpiran mejor, pero no importa el dinero, porque pasar todas las noches sufriendo lo mismo creo que vale la pena invertir en un sueño profundo y reparador.
Cuando estas de frente en el estante de sábanas de algodón, las dos opciones más frecuentes son percal y satin. El percal no es un material sino una técnica de tejido de alta calidad, que se puede encontrar en 100% algodón o mezclado con poliéster o con lino. Con ella, se consigue un patrón muy ajustado que hace además que el tejido dure más que otros. Concretamente, se teje alternando los puntos al derecho y al revés, de modo que permiten que corra el aire. Suelen ser las que usan en los hoteles que son muy frescas.
El satin, a diferencia del percal, se teje con cuatro puntos del derecho y uno del revés, lo que le aporta un tacto más afelpado, siguiendo con el símil de la ropa, como el de tu camiseta de algodón favorita.
El brillo sedoso de las sábanas de satin puede hacernos creer que son la mejor opción para quienes pasan calor por la noche, pero es exactamente al revés. El tejido es más apretado, lo que hace que guarde mejor el calor. Además, aporta una sensación agradable y se arruga menos que el percal.
La franela es un tejido suave y con capacidad aislante, por lo que tradicionalmente se ha utilizado para hacer ropa de abrigo.
Las sábanas de franela tienen además algo más de gramaje (gramos por metro cuadrado) que las anteriores, perfecto si pasas de mantas ultrapesadas y prefieres en cambio una sábana más sólida. Eso sí, conviene invertir en unas de calidad pues en cuanto a este material hay de todo en la viña de la ropa de hogar, y en pocos lavados puede sacar pelotitas o hacer que te despiertes envuelto en sudores fríos si no ofrece la transpiración adecuada.